Gestión de la cocina: 13 ideas

Buenos días de nuevo amigos!

Con este post pretendo daros algunas ideas para facilitaros a optimizar la gestión de todo lo relacionado con la cocina, desde la compra hasta la conservación, pasando por algunos truquitos de ahorro. Espero que os resulten de utilidad :).

¡Allá van!

1// Comprar productos de temporada para consumir en ese momento, como los tomates, el melón, los albaricoques o el bonito en verano; las fresas y cerezas en primavera; las setas y la calabaza en otoño; las naranjas, acelgas, berenjenas, el bacalao o el besugo en invierno; las alcachofas en otoño-invierno… Están mucho más buenos y además su precio es el real. Si os interesa saber los productos idóneos de cada época, os dejo aquí 2 links:

– Calendario de frutas y verduras

Calendario de pescados

2// Comprar productos de temporada para elaborar preparaciones a consumir durante el resto del año: por ejemplo adquirir grandes cantidades de tomates en verano al objeto de preparar tomate frito para guardar en botes de cristal en conserva o bien en el congelador.

3// Cuando salgamos de viaje, aprovechar para adquirir productos de la zona, verduras, frutas, embutidos, conservas, legumbres, quesos, vinos, miel, cafés, tés, incluso carnes o pescados …

4// Hacer la compra habiendo previamente:

  • Pensado los menús de la semana siguiente, distinguiendo comida y cena de cada día, pensando quién comerá en casa o se llevará tupper de esa comida, si tenéis cenas ya comprometidas, si vais a salir o de viaje, si coméis en casa de la familia el fin de semana… De esta manera tendremos una visión global de lo que planificamos comer y además no olvidaremos incluir alimentos como legumbres o pescado con la frecuencia recomendada. Si no hacemos esto, corremos el riesgo de, por un lado, llegar a casa abrir la nevera y juntar lo primero que se nos venga a la cabeza, y a lo mejor estamos repitiendo demasiado huevo, arroz, carne roja… y, por otro lado, así no nos sobrarán alimentos que habrá que tirar a la basura.
  • Escrito la lista de la compra, basada en los menús del paso anterior, lo que tengo en la nevera y despensa, y lo que me falta de limpieza, higiene, caprichitos para el aperitivo, desayunos, bebidas, o alimentación para bebés, en su caso.
  • “¿¿Y cuándo demonios quieres que haga esto??” Estas 2 labores (como sugerencia adicional de organización) las realizo en el tren de camino a casa. Me pongo en un papelito por un lado los días de la semana comida y cena y voy rellenando, y en el reverso los alimentos necesarios; cuando llego a casa voy tachando los que ya tengo y añado lo que no figurase en la lista. O si no en la cama o en la tele, a lo que voy es que no requiere un tiempo ni sacrificio reseñables.

5// Cuando compremos filetes o pescado o similares, es muy útil nada más llegar a casa dividirlos en bolsitas de congelación con la ración en que los consumiremos (de 2 en 2, de 4 en 4). Si congelamos la bandeja entera de 10 filetes y sólo somos 2 personas en casa, cuando los saquemos nos pasaremos comiendo filetes a la plancha 5 días seguidos… o tirando la mitad por aburrimiento. Otra recomendación a la hora de congelar es poner en una etiqueta autoadhesiva lo que estamos congelando (sí, hay veces que luego no sabes si es picada de pollo, lomo de cerdo, salsa de X…) así como la fecha. No se pueden dejar eternamente los alimentos en el congelador, más de 3 ó 4 meses no es recomendable (sin volvernos locos pero al menos ser conscientes!).

6// Comprar pescados enteros cuando están a buen precio, pidiendo que nos los corten de diferentes maneras, y congelarlas por separado en bolsitas. Por ejemplo, si en septiembre tenemos a muy buen precio el bonito, merece la pena comprar uno entero aunque seamos pocos en casa y pedir que nos lo preparen la mitad en tacos y la otra mitad en rodajas. De este modo tendremos para hacer un día marmitako, otro día tacos de bonito con soja y sésamo, otro día rodajas de bonito a la plancha con limón, ajo y perejil, y todo eso nos puede haber costado 13 euros…

7// Esto es un clásico: no ir a la compra cuando estamos muertitos de hambre. En esos momentos somos más “débiles” y compramos cosas innecesarias o de dudosa aportación nutricional… véase doritos, kikos, gofres, galletas, san jacobos, alitas, bollos… Para evitarlo lo mejor es, o ser fuerte ;), o tomarse antes algo como un plátano.

8// Aprovechar los 3×2 para adquirir productos de marca que merezcan la pena. Muchas veces se quedan a precio de marca blanca conservas, leche, productos muy buenos de limpieza, pañales, productos de desayuno, etc que la mayoría de las veces se aprecia la superior calidad. Hay que pensar también en el espacio que tenemos para guardarlo todo pero si se puede no está de más!

9// Aprovechar “las sobras” para realizar otras recetas. Por ejemplo:

  • ¿Te ha sobrado pollo asado?: podemos preparar una riquísima ensalada de pollo con lechuga iceberg, manzana, queso y aliño de mayonesa, mostaza y eneldo. Seguramente tengas todos los ingredientes.
  • ¿Sobra cocido, calamares en su tinta, pollo al curry, gambas…?: podemos hacer croquetas
  • ¿Sobra bolognesa?: podemos rellenar unas berenjenas (asando las mismas antes) o hacer un pastel de puré de patata y en medio la bolognesa.
  • ¿Verduras desperdigadas por la nevera y/o el congelador?: quizás sea el momento de elaborar un buen pisto, de preparar una pasta con verduras al dente, o bien una fabulosa crema de verduras.

10// Saber lo que se puede congelar y lo que no, y cómo: por poder se puede congelar todo, el tema está en lo bien o mal que queda al sacarlo… Os doy ideas de cosas que quedan perfectas, indicaciones de cómo sacar a flote algunas otras, y otras que de ninguna de las maneras. Seguro que algunas de ellas no se os han pasado por la cabeza! Por ejemplo:

  • Guisos de carne, albóndigas en salsa, croquetas sin freír, legumbres guisadas… perfectamente.
  • Pasta, arroz, patata NO. Textura inaceptable.
  • Sin problema carnes y pescados crudos, verduras picadas que vayamos a consumir cocinadas (nunca para consumir en ensalada), huevos batidos (ideal cuando hemos comprado muchos, se nos han olvidado y no los vamos a usar enseguida).
  • Embutidos, quesos, mantequilla: las embarazadas estarán muy felices de saber que el jamón ibérico que les han prohibido consumir está al alcance de sus manos tras el proceso de congelación. Los quesos quedan intactos, viene muy bien cuando compramos o nos regalan un buen queso entero y no queremos hartarnos ni que se quede seco.
  • Cremas de verduras para tomar calientes: se puede perfectamente pero sabiendo que al descongelarla se separa el agua de lo demás y debemos calentarla removiendo para que vuelva a ser homogénea. Esto es importante por ejemplo si pretendemos llevarnos una ración a la oficina, no podremos llevárnosla directamente del congelador porque tendremos un aguachirri incomible! Gazpachos y demás, al no calentarse, se queda en agua por un lado y verduras por otro, fatal.
  • Panes y masas crudas o ya cocinadas, por ejemplo empanadas o quiches, perfectamente y sin miramientos. Qué gusto da tener pan congelado y hacerte unas buenas tostadas sin tener que vestirte para ir a comprar el pan…
  • Salsas sobrantes: ¿has hecho pollo en escabeche, lomo en salsa, pescado en salsa, un curry con una lata enorme de leche de coco, etc y te ha sobrado mucha salsa? La metemos en un botecito de cristal y al congelador para otra vez.
  • Hierbas aromáticas: se pueden congelar tal cual!!! Anda que no me habrá pasado veces, comprar todo un ramo de cebollino o cilantro cuando en realidad necesitaba la décima parte… Solucionado, las lavamos bien, las secamos, las separamos bien y las metemos en bolsitas de congelación.

En relación con la congelación, recordad no meter nada caliente dentro (dejad que se enfríe mínimo a temperatura ambiente), meter todo limpio (botes, bolsas y tuppers sin churretones), dejando algo de espacio dado que al congelar los líquidos aumentan su volumen, y descongelar a ser posible dentro de la nevera o fuera pero no en fuentes de calor porque podríamos tener problemas con bacterias…

11// Cocinar grandes cantidades y congelar raciones: cuando nos ponemos a cocinar recetas como carrilleras, lentejas, cualquier guiso de carne o de cuchara en general, croquetas, albóndigas etc, cuesta (en esfuerzo y energía) lo mismo hacer para una vez que para 4 ó 6. Merece la pena por tanto hacer bastante cantidad y disfrutarla en distintas ocasiones!

12// Adelantar trabajo: ¿sabíais que la pasta también se puede dejar en remojo la víspera, como las legumbres, y acortar así el proceso de cocción? ¡En el caso de la pasta, sólo habría que hervirla 1 minuto al día siguiente!

13// Revisar la despensa, la nevera y el congelador de vez en cuando, para evitar que se nos pasen las fechas de caducidad. Esos momentos pueden ser interesantes fuentes de inspiración, al tratar de “dar salida” a determinados alimentos…

¿Qué os parece? ¿Hacéis algunas o todas estas cosas? ¿Alguna os ha sorprendido en especial?


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