Últimamente parecen haberse puesto de moda las dietas «sin»: sin lactosa, sin gluten, sin azúcar… y también las vegetarianas y veganas (que no dejan de ser dietas «sin»). Voy a empezar una serie de posts en los que os describo el motivo, finalidad, consecuencias y trasfondo de cada una de ellas, para clarificar estos temas y ayudaros a comprender los riesgos que puede entrañar decantarse por ellas si no lo hacemos correctamente.
Antes que nada… ¿Qué es una dieta vegetariana? ¿Y vegana?
Una dieta vegetariana es aquella que elimina totalmente el consumo de carne y pescado. Por carne se entiende roja y blanca, y por pescado también de todo tipo, incluyendo caldos y cualquier preparación en la que se empleen estos alimentos.
Una dieta vegana (o «vegetariana estricta») es una dieta vegetariana a la que se suprime adicionalmente el consumo de cualquier alimento de procedencia animal: huevos, lácteos, miel…
También existen otras variantes tales como los pescetarianos, que sí consumen pescado (si habéis escuchado la variante de los ovolactovegetarianos, debéis saber que es lo mismo que vegetarianos).
¿Por qué hay personas que siguen estas dietas?
Para la mayoría de la población, es impensable/absurdo/horrible pensar en una dieta sin carne… y es que realmente en la dieta actual la carne es un producto amplísimamente consumido, y sin el cual muchos no pueden imaginar vivir.
La realidad es que las personas que se decantan por dietas vegetarianas/veganas, dejando de lado aquellas que lo hacen por estar «de moda», no lo hacen necesariamente por llevar una dieta saludable (luego veremos por qué), sino que tras ellas se esconde una intención de responsabilidad con la naturaleza y respeto al medioambiente, ya que (y esto no es cuestionable) la ganadería actual en su búsqueda de maximización de beneficios emplea métodos bastante agresivos y poco respetuosos con el medioambiente y que además nos afectan directamente, por ejemplo, darles cantidades ingentes de antibióticos por simple prevención, piensos de mala calidad, hormonas, cercamientos… Además, la ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero (más que todos los medios de transporte juntos), la producción de cultivos de sus piensos consume el 56% del agua, y varias cuestiones más que son de lo más sorprendentes!
¿Qué beneficios tienen estas dietas? ¿Son verdaderamente más sanas?
Existen poblaciones del mundo cuya dieta es tradicionalmente vegetariana, por ejemplo en la India, y que coincide que se trata de las poblaciones más longevas. Y es que realmente, suprimiendo la carne (sobre todo la carne) estamos reduciendo el nivel de grasas saturadas perjudiciales e incrementando el de fibra, por tanto podemos pensar a priori que son dietas más sanas.
¿Qué ocurre? Que esto no siempre es así. Y es que hay que hacer varias matizaciones:
- Al no consumir carne/pescado (y en el caso de veganos, de huevos y lácteos), es muy importante estar pendientes del consumo de proteínas, hierro y calcio por otras vías, ya que estas carencias tienen consecuencias muy graves para nuestro organismo. Proteínas, hierro y calcio son fácilmente obtenidos a través de fuentes vegetales como las legumbres, frutos secos, semillas, tofu (y lácteos y huevos en caso de vegetarianos).
- No será más sano si sustituimos carne/pescado por productos ultraprocesados como lácteos de soja llenos de aditivos y azúcar, hamburguesas vegetales ultraprocesadas, mortadela veggie… Además, pensemos que hay mil productos aptos para vegetarianos/veganos que son de lo menos saludables: refrescos, bollería industrial, pizzas congeladas, galletas, aperitivos, zumos envasados…
- En el caso de veganos, hay una vitamina que no existe en el mundo vegetal (sí existe pero no en suficiente cantidad): la vitamina B12. Simplemente deberán tener en cuenta que hay que tomar un suplemento en forma de pastilla (existen semanales y mensuales).
- Por tanto una dieta vegetariana/vegana puede ser perfectamente una dieta saludable y equilibrada, eso sí, siempre que la pautemos correctamente y no la llenemos de alimentos ultraprocesados. La pueden seguir adultos, niños e incluso mujeres embarazadas, pero hay que ser consciente de las limitaciones (sociales) que podemos encontrarnos y también que hay que tener ciertos conocimientos nutricionales (o dejarse asesorar por un experto) para no padecer déficits peligrosos.
¿Cuál es mi opinión/conducta?
Hay una circunstancia «curiosa», y es que la gran mayoría de personas que conocen en profundidad la ciencia de la nutrición siguen una alimentación principalmente basada en vegetales, sin que sea necesariamente vegetariana o vegana. Por tanto, eso debería dar qué pensar, ¿no?
En consecuencia, mi opinión y mis hábitos van enfocados a una dieta en la que los protagonistas indiscutibles son las verduras, frutas, legumbres y cereales. Mientras que huevos y lácteos los consumo normalmente, en relación con la carne/pescado, consumo por ejemplo algo de jamón/salmón en el desayuno, a la hora de comer/cenar algo de pollo y/o pescado, y como mucho 1-2 veces a la semana algo de carne roja (no me lo propongo expresamente, simplemente no la compro y la tomo si salimos a algún sitio de hamburguesas buenas u otra carne generalmente guisada o en steak tartar de buena calidad).
Espero que os haya gustado este post, que os sirva para entender mejor ciertos conceptos, a respetar las decisiones de los demás y a reflexionar sobre el tema. Próximamente publicaré otros posts sobre otro tipo de «dietas sin», ¡espero que os gusten!
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2 respuestas a “Dietas SIN – parte 1: Dietas vegetarianas y veganas”