¿Por dónde empezar? 5 cosas FÁCILES que te propongo hacer

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Algunas veces las recomendaciones sobre vida saludable nos pueden parecer demasiado estrictas, tanto que tiramos la toalla sin ni siquiera plantearnos empezar…

Eso NO QUIERO QUE TE PASE! Al contrario, si crees que no llevas una vida demasiado sana, prueba a hacer estas 5 cosas durante 1 mes, con la idea de que sean para siempre, no unas pautas temporales. Digo un mes porque con ese tiempo notarás ya efectos beneficiosos (quizá has perdido peso, seguramente te sientas más enérgico, no tendrás tantos picos de hambre), y te animará a seguir incorporando otros hábitos!

¿Te animas?

1. Bebe agua, zumos naturales o infusiones

El líquido nos hidrata (lo cual es necesario por pura supervivencia), pero además nos evita dolores de cabeza, llena el estómago (=menos hambre para comer cochinadas), evita piedras en el riñón, ayuda a eliminar desechos… No hay una cantidad específica al día, ya que cada uno hace una actividad diferente, pero unos 6 vasos (entre agua, zumo, infusiones de todo el día) puede ser un comienzo.

Los refrescos (azucarados o no) contienen elementos que bloquean estos beneficios que te contaba, o incluso son perjudiciales, como el gas, los edulcorantes (por supuesto el azúcar con su caries, obesidad etc).

Así que:

  • Bebe agua, del grifo o de botella
  • Prueba con las infusiones que quizás te den pereza o siempre hayas visto como para «frikis» (un rooibos con vainilla, un té verde aromatizado con jengibre… en todos los supermercados, por pequeños que sean, las hay, quizá nunca te hayas fijado! El calor de las infusiones estimula la digestión y ayuda a digerir las grasas, por eso cuando las tomamos después de comer nos sientan genial.
  • Los zumos también son buenísima opción, exprímete un par de naranjas para desayunar, o mete en la batidora 1 rodaja de piña, un plátano y un chorro de agua si quieres innovar. O pídelo en una cafetería o donde vayas! Si quieres ideas de zumos, aquí tienes algunas! Tienen vitaminas, fibra, minerales… Si se te hace cuesta arriba tomar fruta/verdura, los zumos son tu mejor aliado, ya que en un vaso puedes concentrar todas las necesidades de un día!

2. Haz alguna actividad física 1 día a la semana

El ser humano está fabricado para moverse, ten en cuenta que en la prehistoria el hombre tenía que salir a cazar, pescar, recolectar etc para sobrevivir. Ha llovido desde entonces, sí, pero en eso no hemos cambiado mucho, por esa razón si lo que hacemos es estar sentados en una silla durante 10 horas al día (situación habitual en nuestra vida moderna) y no hacemos ejercicio, somos potencialmente gordos. Tan duro como suena. Siendo más positivos, la actividad física es buenísima por mil motivos: te ayuda a tener un peso más adecuado, acelera el metabolismo, duermes mejor, al oxigenarte estarás mucho más despejado, relajado y con la piel mejor, y da muchísima energía.

Hay infinidad de opciones para hacer deporte, que puedes escoger en función de tu fuerza de voluntad, tiempo, recursos económicos, organización en casa… ¡No hay excusas que valgan!

  • Si tu excusa es que no tienes tiempo, ¿qué tal si un día a la semana no ves la tele por la noche, te acuestas y a la mañana siguiente sales a correr temprano?
  • Si tu excusa es que tienes niños, o que no quieres gastar dinero en gimnasios, ¿qué tal si buscas unos vídeos en youtube y haces unas tablas en el salón mientras duermen o están haciendo otra cosa?
  • Si tu excusa es que siempre estás cansado, simplemente vuelve a leerte el inicio de este punto, porque te contaba que el deporte da energía!

3. Pon menos azúcar a lo que se lo añadas habitualmente (¿café? ¿yogur?)

El azúcar es el responsable de muchos de los problemas de salud globales de la población actual. Muchas veces lo añadimos nosotros mismos por costumbre a determinados alimentos, pero si lo vamos reduciendo acabamos por no necesitarlo. Esto te lo digo con total convencimiento: ya no le echo azúcar ni a mis cafés ni a mis yogures (ni edulcorantes), y cuando alguien por error me lo añade me cuesta muchísimo tomarlos porque me saben excesivamente dulces…

4. Deja la bollería.

Si sólo pudiese elegir un alimento que eliminar de la dieta (y mira que hay!), empezaría por la bollería. Hay bollos y bollos, porque claramente no es lo mismo un bizcocho hecho en casa que un croissant de pastelería francesa que un donut de supermercado que una palmera de máquina…

Pero como ninguno de ellos nos aporta absolutamente nada bueno (grasas malas, azúcar, 500 kcal una palmera por ejemplo (*)), te animo a que pruebes a no tocarlos en este mes. Comprobado por mí misma: dejan de apetecerte.

(*) Para que te hagas una idea, 500 kcal es aprox el 27% de calorías que debes comer en un día. Una pasada para lo pequeña que es y lo poco que tardas en comértela, ¿no te parece?

5. Incorpora 1 plato de verduras, 1 plato de legumbres y 1 plato de pescado una vez a la semana – si puede ser, cocinado por ti!

Selecciona un día de la semana que te venga bien (si puede ser, siempre el mismo), acércate al súper y dedica 1 hora a cocinar estos 3 platos que te propongo:

  1. Verduras (ensalada divertida): compra canónigos + zanahoria + mandarina + queso de cabra + nueces –> corta todo en trocitos y aliña con aceite, vinagre y mostaza. Toma la cantidad que quieras.
  2. Legumbres (las clásicas lentejas pero en 20min): compra 1 bote grande de lentejas cocidas +1 cebolla pequeña + 2 dientes de ajo +1 zanahoria + pimentón –> pon en una cazuela un poco de aceite a calentar, echa la cebolla+ajo+zanahoria picados muy pequeños y deja 5 minutos removiendo alguna vez, echa el pimentón (generosamente) y sal, remueve y cubre con agua, deja 10 minutos con la cazuela tapada; pasado ese tiempo incorpora las lentejas del bote y déjalo 5 minutos más. Toma la cantidad que quieras, pero con este esfuerzo te da para unas 3 ó 4 veces.
  3. Pescado: compra 1 lomo o rodaja de salmón (fresco o congelado), 1 patata, mostaza, miel –> mezcla en un cuenco 1 cucharadita de mostaza y otra de miel, corta la patata en rodajas de 1 dedo y unta la patata y el salmón con esa mezcla; mételos en el microondas en una fuente o cuenco tapado con papel film durante 5 minutos. (Si al abrir el micro está algo crudo, que puede pasar si el salmón estaba de la nevera, pon más tiempo). Si sois más personas, duplica cantidades y añade tiempo pero no tanto como el doble.